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jueves, febrero 03, 2005

Blanco te quiero Blanco...

Cuando tienes un hermano mayor tiendes a tener diferencias un poco distintas a las de otras compañeras, pero cuando tu hermano te lleva la suficiente edad como para enseñarte los misterios de la vida, ser un poquito tu hermano un pocote tu padre y ganarse tu corazón sin discusión, entonces tus experiencias son totalmente opuestas a las de las demás chicas de tu edad.

Creciendo con un chico aprendes a lanzar cosas con una liga roja (cartón mojado para contraatacar la resistencia del viento y, además, para golpear mas duro), aprendes a hacer fuertes con cajas, a construir naves con legos… aprendes de rock antiguo, a respetar el fútbol por el gran deporte que es, aprendes de cervezas, de star wars, de motos, de conducta masculina y de autos.

Aprendes la diferencia entre un motor 1.3 y otro 1.8, te conviertes en una entendedora de marcas, en una experta en lo que se refiere a diferencias entre transmisión automática y manual (y sabes escoger la mejor según tus necesidades), entiendes el contraste entre un hombre y una mujer al volante, empiezas a escuchar el motor como a un gatito ronroneando enfermo o de felicidad… Aprendes a soñar desde temprana edad con el carro que te quita el aliento.

Desde que tuve la suficiente conciencia como para diferenciar un Ford de un Toyota empecé a buscar ese auto soñado, pase por miles de marcas, miles de modelos hasta que un día, de la mano de ese hermano que me enseño a soñar con ellos en primer lugar y por pura casualidad, conocí el carro destinado para mí. Un auto europeo, alemán para aumentar el orgullo familiar. Un Volkswagen, pero no cualquier Volkswagen, un Gol.

Un Gol de cuatro puertas, plateado y con luz azul en el tablero. Un Volkswagen pequeño, con un motor 1.8 (una maravilla de entre los carros compactos) y con transmisión manual porque ese que me presento al dueño de mis sueños, también se encargo de psicosiarme con todo lo referente a las ventajas de un auto manual (y he de notar que jamás volveré a enamorarme de un automático).

Vives durante años imaginándote tu primer auto. El día que tengas el suficiente dinero como para ir al concesionario (o a la casa de alguien mas afortunado que tu) para hacerte con tu alma gemela motorizada. Sueñas una y otra vez el como se va a sentir cuando lo manejes por primera vez, cuando lo uses para la primera salida con los amigos, para el primer viaje, el día que lo llevas al mecánico, que le haces servicio… sueñas con el día en que sea tuyo.

Pero cuando una tiene 18 años es imposible vivir de sueños. Sabes que, llegado el momento, tendrás suerte de conseguir algo que tenga cuatro ruedas, un motor y que de hecho se mueva. Eres feliz de manejar el carro de papa (automático vale aclarar) hasta la panadería que, a decir verdad, queda a dos cuadras por una calle desierta. Esperas ansiosa al día en que tu mama este lo suficientemente fastidiada como para decirte que manejes tu hasta la casa de tu mejor amiga (que vive a dos cuadras por la misma calle desierta, en el mismo auto manual)… eres feliz con solo tocar un volante.

El primer paso hacia mi realización llego el sábado al mediodía en una cajita rosa, llena de chocolates y caramelos. Esa misma persona que me enseño a soñarlos me despertó de un soponcio de antibióticos solo para recibir un cubo rosa de cinco por cinco centímetros. Un cubo rosa que, en el fondo, tenía un llavero con un par de llaves.

Entre sueños y medicamentos la mente nunca es sagaz y a la mía le hizo falta un viaje al estacionamiento para entender la magnitud de ese regalo atrasado de reyes. Justo frente a la puerta de mi casa, sin lazo rojo, sin cinta, estaba un sueño europeo blanco.

Tal vez no mi sueño europeo pero si mi felicidad a cuatro ruedas. Un auto, parado justo en la puerta de mi casa, un carro que se proclamara mío aun cuando yo nunca lo haya pedido.

Un Fiat Uno, usado, con forros que olían a autobús, con vidrios y seguros manuales, sin alarma, con un aire al que le falta gas, sin reloj, sin aguja de temperatura, con un equipo que se sale en cada bache… un auto que hoy puedo llamar mío.

Mío aunque no termine de aprender a usarlo, mío aunque no tenga licencia para andarlo, mío aunque solo lo use una vez a la semana, mío aunque no este a mi nombre, mío aunque no tenga seguro.

Todavía miro por la ventana y espero no encontrarlo, aunque tenga las llaves en mi mano, aunque anoche me leyera el manual. El que hoy se convirtió en el sustituto de mi sueño es el causante de muchas de mis sonrisas porque, no es un Volkswagen, no es un Gol, pero es un auto.

Un auto pequeño, un auto claro. Un sueño que es manual y que tiene luz azul en el tablero… un sueño que, si bien no es como el original, es real y es mío.

Un día jueves, hoy, cuando veo otra vez mi pequeño tesoro motorizado, ese que ayer sufrió su primera enfermedad conmigo, ese que el lunes pasó a ser mi cenicienta, es que vengo a darme cuenta de la grandeza de la realidad. Ya no tengo que soñarlo, ya tengo mi primer carro, ahora solo me queda formarme miles de recuerdos con él.

Aun así, visto que nunca puedo dejar de meditar la vida, pensando en el revoltijo de sentimientos que me proporciona mi realidad europea paso a preguntar, a ustedes que son mas sabios, que han vivido mas que yo, que han experimentado lo que para mi, hoy, son misterios… ¿es normal que la sensación del primer auto venga acompañada por un enorme sentimiento de nostalgia?


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nenaaaa!!! no lo puedo creer!! tienes carrooo al fin !!! gracias a diosss!!! ya sabes ya me pueds venir a buscar y damos unas vueticas. bueno chaitooo espero q t mejores y drive saves!!;). es polaaa!!!:D

Bienvenida a la blogósfera!
No hay como tener algo que puedas llamar MÍO...!!! Los detalles se arreglan en el camino, así que tranquila.
Aprenda bien sincrónico y cuidese, porque en Maracaibo manejan, que ni hablar...
En fin, buen blog, bienvenida nuevamente y sigue así...

Que maravilla ...

Mi primer carro lo compré con el poco dinero que tenia ahorrado y el mucho dinero que mi madre (Banco Mamá) me prestó, lo compré nuevecito de paquete .. había soñado mucho con ese día y llegó, aunque ya había disfrutado de manejar el carro de mi madre miles de veces, mi propio carro fue algo fenomenal.

La emocion del primer carro es muy grande ... porque es TUYO, y significa muchas cosas al mismo tiempo: independencia, madurez, responsabilidad, potencia, viajes, etc ....

Te felicito, por tener un hermano como ese!!! Que te adora como a una hija!!!

Disfruta tu carro, Europeo, pero no Aleman, sino Italiano (por lo menos la casa matriz).

DovMD: ¿que te puedo decir?, la verdad es que tienes toda la razón del mundo, no es lo mismo decir ‘mi autobús’ que ‘MI carro’ (eso si algún día soy capaz de decirlo… epale pola). Sobre manejar ya estamos en eso, aprendiendo con los mejores (o debería decir mas bien los peores) y preparándonos (a mi y al pobre carro) para lo que se nos viene.

Gracias por la bienvenida y los buenos deseos…

MetalHel: es que, nadie lo entiende hasta que lo experimenta, ¡no es lo mismo manejar el carro de mama/papa/hermano que el tuyo!, principalmente porque tu a tu bola, es (casi) tu problema lo que le hagas o le dejes de hacer (pero esa es otra historia).

Ahí ahí ahí… me hablas de madurez, responsabilidad, independencia, viajes y no se que cosas mas y me pones a temblar. Que no le temo a la responsabilidad, no señor, siempre he sido independiente asi que no hay problema con eso, pero ¿madurez?, que soy muy joven para madurar mas (=D)

La verdad es que soy afortunada, tengo carro, es verdad, pero no muchos pueden darse el lujo de decir que tienen un hermano maravilloso con un record intachable de cero peleas, gracias por los buenos deseos.

Y si, no es alemán pero es europeo, eso es algo ¿no?. Italiano para mas colmo, como una de mis mejores amigas y el colegio de toda la vida, que no me puedo librar de ellos, que no (y ni quiero).

Créelo, lo voy a disfrutar…

Pola: niña, que felicidad que te des una pasadita por acá, ya sabes, tu humilde servidora dispuesta a aburrirte. Sobre irte a buscar esta medio complicadillo (¿Dónde demonios es que vives tu?), las vueltitas están algo lejanas pero prometidas, eso si. Yo tampoco lo puedo creer, tanto así que ya viste mi manera de darles la noticia (por cierto, gracias por ayudarme con cris).

Gracias por los buenos deseos post operatorios, ya estoy de lo mejor (no me duele casi, así que mi hombro esta a la orden) y nos vemos chicuela, tu dirás si drive safe o no…

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