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jueves, enero 27, 2005 

Entre observaciones y descansos...

Siendo yo quien soy y estando rodeada de las calamidades que siempre me acompañan estoy pasando una linda tarde de reposo (entiéndase reposo por obligada por los médicos… esperando que se vea el sarcasmo) en mi muy apacible casa, aburrida a morir, sin nada nuevo que contar (como cosa rara) y sin una sola ocurrencia que pueda sonar lo suficientemente interesante como para ponerla aquí.

¿Por qué escribo esto entonces?... no tengo ni 24 horas con mi blog (que empiezo a pensar esta destinado al fracaso) y siento la necesidad de escribir algo, sin importar que tanto me duela el brazo, lo mucho que tenga que estudiar y el “castigo” medico que no estoy cumpliendo.

Señores, eso es algo que se le conoce popularmente como fiebre, la nena esta emocionada con su bitácora, entonces escribe en su blog lo que vio esta mañana camino al hospital y que acaba de recordar (visto que podría herir susceptibilidades si explico lo acontecido llegado al destino de mi viaje).

De modas entiendo poco, así que probablemente este mal, pero igual no puedo dejar de pensar que el mundo se ha vuelto loco. Hace semanas que estoy notando el fenómeno “livestrong”, he visto su evolución, he comparado patrones de comportamiento y me he convencido, una vez mas, de que la mayoría de la población lo que tiene es un maní en la cabeza.

No se me confundan, la idea en si me parece maravillosa y hasta puedo aceptar que cada dos cuadras se vendan las pulseritas en cualquier puesto ambulante como si de cura milagrosa para la idiotez se tratara, pero lo que no admito es ver a niños tontos de quince, veinte, veinticinco años, que no tienen soberana idea del significado de la bandita, presumiendo sus muñecas revestidas en plástico a todo el que tenga ojos para ver.

Es que, yo ni loca pago 20 mil bolívares por un pedazo de plástico amarillo (rojo, morado, rosado, azul, gris, negro… que en Venezuela cada institución estira la cobija a su conveniencia) que en cualquier parte del mundo cuesta poco mas de dos dólares (que seria menos de la cuarta parte del precio estimado venezolano) simplemente porque otra gente mas popular, bonita y en onda que yo decida que la dichosa pulsera es el accesorio de la temporada.

Apoyo las causas que me parecen justas, uso lo que quiero, sigo las masas que se me antojan, pero no me dejo estafar en la ignorancia. “¡La pulsera que ayuda a prevenir el cáncer!”, reza un buhonero en la avenida y yo solo puedo negar con la cabeza y pensar que por eso es que estamos como estamos.

Cuando vez que esas mismas personas, que se dan el lujo que pocos pueden de comprarse una pulsera por cada cambio de ropa, no tienen ni la mas remota idea de la historia de Armstrong (y no estoy hablando del astronauta) es que te das cuenta de que estamos sumergidos en una estupidez que nos lleva día a día a la destrucción.

Y es que, con cada moda pasajera propia de un primate reafianzo mi conclusión, este mundo se pudre de a pedazos…


 

La historia antes de la historia...

Odio caer en un tópico repetitivo pero, me guste o no, este mensaje tiene que ser una introducción. El problema es que soy pésima para los comienzos y los finales, ¿no les parece suficiente?, entonces tengo que agregar que soy mi primer crítico y créanme, llenar mis propias auto-expectativas no es tarea fácil

Primero que todo debo decir que esta idea nació de una noche de desvelo, de esas que tanto me persiguen y que tan indispensables y tan propias se han vuelto. Aquella vocecita siniestra que me incita a hacer cosas de las que generalmente termino arrepentida, no por malas si no mas bien por indebidas, me ha estado tentando durante semanas, repitiéndome el mismo discurso engatusador “un blog, crea un blog, escribe un blog, sabes que lo quieres, ¿por qué no lo haces entonces?” (visto de esta manera no es nada convincente, pero a las 4 de la mañana y con ganas de dormir todo suena irrefutable para mi con tal y me dejen dormir).

A la final, a falta de amigos que me convencieran de lo contrario he cedido ante la tentación y estoy hoy aquí, escribiéndoles esta pequeña explicación que nadie me ha pedido y tratando de hacerme prometer que, por primera vez en mi vida, voy a ser constante con algo.

¿Algo sobre mi?, pues soy una chica venezolana, maracucha para ser mas exacta, que cuenta con 18 añitos recién cumplidos hace cinco meses, estudiante de la muy prestigiosa LUZ (ingeniería química para futuras referencias) y seriamente trastornada (cosa que, oh querido lector, comprobaras con el paso del tiempo). Decir algo mas seria aburrirte y mentirte, que mi vida es todo menos interesante así que no prometo nada entretenido, solo sumamente analizado (o por lo menos prometo intentarlo).

No soy ni la mas inteligente, ni la mas cómica, sarcástica o cínica y seguramente esto esta lejos de ser el blog mas entretenido que puedas conseguir, pero si has llegado hasta aquí, te reto a que te sumerjas un poco en la mente de esta niña y le hagas un poco de compañía a tres ratoncitos y un pajarito con mucha actitud…