]]>

jueves, octubre 27, 2005 

Suicidios Musicales o la historia de nunca acabar...

Tenia 15 años (y un poco mas de criterio que ahora) el día que puse Radio Ga Ga a todo volumen en mi Windows Media Player. Era un grupo de una época que no me pertenecía, cuya voz principal había muerto hacia 10 años a causa del SIDA y con canciones versionadas (y casi asesinadas) una y mil veces…

Era mágico. Era glorioso… Era Queen.

Estar en plena etapa de la adolescencia y admitir que te gusta un grupo setentero es quedar excluida para siempre del centro del universo. Adiós a mi buena onda, jamás la tuve, jamás la tendré.

Hoy, con 19 años he decidido sincerarme y acabar oficialmente con mi adolescencia. Otro suicido musical, para la colección, ¿quien los esta contando de todas maneras?.

Pase media vida lamentándome ocasionalmente por no haber no haber nacido un par de años antes y un poco mas al sur, solo para asistir al ultimo concierto de Soda Stereo. Es un grupo que recordare por siempre, no por De Música Ligera, no por el ‘gracias totales’ de Cerati si no mas bien por el aire sublime que se respira en cualquier canción del concierto en el estadio del River Plate a mediados del 97.

Soy fanática de Hombres G tanto como lo soy de Soda. A los 6 años recitaba Venezia como quien canta el himno nacional (aunque con muchisima mas convicción, eso si) y estaba totalmente convencida de que Martha tiene un marcapasos de bonitos ojos pero devorador de corazones chiquititos… y por favor no me hagan hablar de sus (poco reconocidas pero igualmente disfrutables) baladas.

Pero si de grandes confesiones se trata no puedo dejar de pasar de lado mi problema con un cover ub40 y cierto cuarteto de Liverpool.

Hay una canción llamada Can't Help Falling In Love que ha sido grabada de mil formas distintas por mil artitas diversos. Yo la conocí como un Reggae suave y pegajoso pero me enamore de ella a traves de una voz ronca e hipnótica, que mas que cantar parece acariciar las palabras. Si el mundo fuera un lugar mejor, esta canción solo la cantaría Elvis y todos estarían tan enamorados de ella como yo (aunque con la mano en el corazón ninguna canción llegara a obsesionarme tanto como Love of my Life… lo siento querido, los británicos te han ganado esta mano).

Y para ponerle la guinda a la torta, no puedo olvidarme de mi adoración semi extremista por cierto cuarteto… porque si hay algo que tengo que admitir es que estoy totalmente integrada a la beatlemania (y si, se que el grupo se fundo hace 4 décadas muchas gracias).

Porque no hay como Yesterday para pasar una tarde de melancolía, All Together Now para llenarse de una euforia pasajera o la ilusión caleidoscópica de Lucy… (LSD) para pasar tardes de ideas tontas y conspiración. Pero, por sobre todas las cosas, amo a los Beatles por cada una de sus letras, esas que te hacen volar un poquito mas alto y mucho mas profundo, y una de mis fantasías secretas es ir un día a un concierto de Paul (que inexplicablemente termino siendo mi Beatle favorito) a gritar como tonta cada una de las canciones rodeada de mayores que no entienden que rayos hago ahí.

Pero, por si fuera poco soy aficionada al denominado brit pop/brit rock (cualquiera de los dos lo como con gusto) y si, me gustan los viejitos mas que los refritos. Se que diablos el Pulp, Coldplay, Oasis, Radiohead, Depeche Mode… y todos esos grupos desconocidos que escuchan los niños raros e incomprensibles.

Mis gustos son diversos, lo se, pero cada grupo, cada canción es única y maravillosa en su muy especial manera. Dejo muchos en el aire, muchísimos y ciertamente no le hago justicia a ningún grupo mencionado, simplemente no se explicarlo mejor.

Y si han llegado a esta parte (sin poner cara de circunstancia) me permito presumir mis dos últimas fijaciones. Un grupito finlandés que nadie parece conocer en este país y otro chileno casi corre con la misma suerte.

Sonata Arctica no es más que puro metal, con algunas canciones lentas para los amantes del género suave y otras totalmente desenfrenadas, que en algún punto pueden llegar a ser un poco repetitivos en cuanto a música, pero las letras son imperdibles.

Lucybell es un fenómeno en su país, el renacimiento del rock chileno. Tengo que reconocer que soy medio novata con este grupo, pero tan solo por Lumina (su último CD) se ganan mi aprecio y una simple mención falta de sazón.

Como diría una buena amiga (por la que soy totalmente incomprendida), yo y mis gustos ochentenos. Muchas historias, muchos recuerdos, cada uno hay que tomárselo con Soda